Sor María Gómez Valbuena dice que
no es verdad que robara su hija a su madre, que si no hubiese firmado no se
habría efectuado la adopción.
Si se pudieran abrir los
expedientes de adopciones que están guardados en las dependencias judiciales,
podríamos saber con exactitud cuantas personas firmaron voluntariamente,
cuantas tienen un papel escrito de cualquier manera haciendo las veces de la
madre en plan chapuza y cuantos no tienen esa firma…… la gran mayoría, porque
además la firma de la adopción voluntaria por parte de la madre debería estar
en los documentos que se le dan a los adoptados cuando reclaman los mismos.
Muchas madres que se quedaron sin
sus hijos no firmaron el consentimiento, otras muchas si, unas de grado y otras
a la fuerza, la fuerza de las amenazas era poderosa, muy poderosa, bastaba con
amenazar con una denuncia, con doblar la voluntad a base de sermones diversos,
de humillar, manipular y ningunear a una chica vulnerable, no importa que
hubiese tenido un hijo antes…….. eso no cambia la vulnerabilidad a la que está
sometida una embarazada con circunstancias difíciles o una parturienta, eso
solo lo saben los que lo han pasado, en el caso de las madres a las que les
defenestraron los hijos para resucitarlos mas tarde, el sistema era el mismo.
Pero aquí ahora nos centramos en el caso concreto de esta madre e hija que se
encontraron.
Me gustaría saber que opciones
tuvo, a mi modo de ver y conociendo la legislación vigente en esos momentos……..,
ninguna.
Olvidamos muy fácilmente las
Leyes vigentes, para refrescarles la memoria, dentro del Código Penal existía la
Ley de Vagos y Maleantes sustituida por la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación
Social, los delitos de escándalo público y de abusos deshonestos, etc…., estaban
vigentes hasta fechas recientes, la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 se
modificó en 1954 incluyendo como delitos los actos que ofendían a la moral sana
española por ir en contra de las buenas costumbres, esta Ley se modificó a
principios de los años 70 por la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social,
como consecuencia de esta legislación entraba en el saco cualquiera que no se
atuviera a la moral religiosa y social, entre ellas la madre que acaba de
encontrar a su hija, si Sor María Gómez Valbuena la hubiese denunciado solamente
por haber tenido un hijo sin estar casada y encima separada y con el añadido de
adultera o alguna otra cosa, como poco hubiera dormido en el calabozo unos
cuantos días y después le hubieran pasado dos cosas, una que cumpliera cárcel o
bien que la hubieran internado en algún centro para hacerle una rehabilitación
en toda regla, a todas estas por supuesto que le hubieran quitado a los hijos
que tenía, hubieran pasado a la tutela del estado, haciendo con ellos lo que
les hubiera dado la gana.
No se sorprendan, esto pasaba en
la década de los ochenta muy a menudo, no estamos hablando de los cincuenta,
estamos hablando de antes de ayer, habían muchos mecanismos al alcance para
conseguir lo que desearan los que “mandaban”, uno de estos mecanismos fueron
las Juntas Nacionales de la Cruzada de la Decencia, dichas Juntas velaban por
la moral y las buenas costumbres, en colegios, en la calle, en las casas
ajenas, en la sociedad………., en todas partes, mas adelante y en otro momento ya
hablaremos de ello porque estuvo presente en nuestras vidas hasta hace bien
poco.
Baste decir que uno de sus
últimos presidentes, muy conocido por todos fue Alfonso Armada, que fue
condenado por el golpe de estado del 23 de febrero de 1981…….. hay mas nombres
conocidos, ya los veremos.
Pero esta madre así como el
resto, fueran solteras, separadas las pocas que se atrevían o viudas que se les
ocurriera cometer actos impuros que dieran lugar a un hijo, no solo les hubiera
caído encima la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, también estaban
expuestas al escarnio social, era una ley absolutamente intolerante, cuando una
persona era detenida en función de esta ley se comunicaba el motivo a
familiares, trabajo si lo tenía y se daba publicidad conveniente de ello, no es
ciencia ficción.
Junto con la Ley de Peligrosidad
y Rehabilitación Social se añadía la Brigada Social que ejercía de Policía
Religiosa que confeccionaba fichas de personas amorales, promiscuas, pecadoras,
etc……… estas informaciones de la Brigada Social eran utilizadas por la Junta
Nacional de la Cruzada de la Decencia, si tenías la mala suerte de caer en sus
redes ya solo te quedaba vivir entre la “compasión de la caridad cristiana” y
el desprecio, que lógicamente cerraba casi todas las puertas sociales y
laborales.
Todo esto de lo que hablamos no
cambió con la transición, después de que se aprobó la Constitución en Diciembre
de 1978, se reconocieron algunos derechos y libertades, que no fueron tales en
el terreno social, vivíamos en una sociedad machista que seguía con su discurso
de la moral católica y del franquismo.
Durante la democracia la Ley de
Peligrosidad y Rehabilitación Social siguió vigente, en 1979 tuvo una ligera
modificación por la cual eliminaron algunos artículos sobre la homosexualidad,
el resto seguía igual, en 1983 tuvo otro ligero cambio en tanto en cuanto se
eliminó de la ley el escándalo público con referencia a los homosexuales, el
resto seguía prácticamente igual, por fin en 1995 se derogó completamente.
Ahora me van a explicar a mi que
posibilidades y armas tenían menores de edad (21 años hasta Noviembre de
1978), bajo la tutela paterna, mayores
de edad y menores bajo la tutela del estado, bajo la supervisión religiosa,
bajo la supervisión del ojo crítico e intransigente de multitud de grupos, grupúsculos,
asociaciones, etc… etc.. todas de corte religioso-moral que imponían si o si
sus criterios de cómo vivir y hasta respirar.
Claro que los menores de 40 años
imposible que sepan estas cosas, los mayores de 40 años tienen la memoria
borrada o no les interesa recordar, pero quien menos quiere recordar son los
que ostentan el poder y sus acólitos, reconocer que se hizo uso y abuso…….. es
reconocer que vulneraron todos los derechos de muchas personas.
Era fácil, muy fácil robar un
bebé, vivo o muerto.
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