RESUMEN APRESURADO DE UN DÍA EN EL MINISTERIO DE
JUSTICIA
Reunión con los ministros de Interior, Justicia y
Sanidad, Jorge Fernández, Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Mato, respectivamente,
además del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce.
Trataré
de dar mi versión personal del clima existente en la Mesa de Diálogo Ministerio
de Justicia – Asociaciones de Afectados por Niños Robados, pues ya doy por
sabidas las propuestas del Ministerio de Justicia que fueron presentadas como
un compromiso público. Esta información de parte en realidad comprende una
doble percepción, incluyendo la del experto en Derecho Penal Internacional,
Miguel Ángel Rodríguez Arias que tuvimos la suerte de que accediese a
trasladarse desde su lugar de residencia habitual para completar la
representación del Colectivo Sin Identidad.
El ánimo
con el que la casi totalidad de los representantes accedimos a la sala de
reuniones del Ministerio de Justicia no era ciertamente muy esperanzado, ya que
detecté el temor de que íbamos a asistir a un brindis al sol sin mucho
contenido. Parece que nos equivocamos. Como las cosas no ocurren por casualidad
–ya conocéis lo tantas veces repetido de la influencia inevitable de la causalidad–
hay que sospechar que un conjunto de factores decisivos han influido para que
compromisos tan largamente esperados (al menos en su versión ministerial y
solemne) hayan sido expresados con esa rotundidad. Como la prensa ya los ha
difundido me limitaré a enunciar los que se deducen de la propia reunión y de
la rueda de prensa posterior.
En primer
lugar me permitiréis que una aseveración que sólo se oyó en la primera reunión
del 10 de febrero en mi intervención, el que “estamos ante un grave problema
de Estado, no de un conjunto de problemas familiares o individuales”, haya
sido esta vez sumido casi miméticamente por el señor ministro de Justicia, y
dicho por dos veces con rotundidad. Los otros dos compromisos de mayor calado
también habían sido unas propuestas de la representación encargada por el Colectivo Sin Identidad,
esta vez respaldadas por una mayoría de los entonces asistentes: el acceso a
archivos esenciales para documentar de forma adecuada datos necesarios para
completar la fase primaria de las investigaciones y la oferta por parte de las
asociaciones de no ser invitados de piedra, sino de colaborar activamente en la
investigación de los casos, aportando la parte sustancial de la información ya
recogida hasta el momento.
Una y
otra propuesta se complementan entre sí. Es cierto que la primera demanda fue
cogida con pinzas, como nos esperábamos, por el tan reiterado argumento de
“Datos Sensibles”, pero resulta de una lógica aplastante que si no se
documentan de forma adecuada cada caso estaremos trabajando en precario. Baste
un apunte: ya hemos detectado multitud de datos falsos si nos basamos en una
sola fuente.
De esa
evidencia documental de base se deriva lo que en Sociología se llama
triangulación y que aquí adquiere toda su fuerza; el cruce fehaciente de datos
documentados en al menos tres ámbitos: el Administrativo (en todas sus
variables, estatal, autonómica y de entes locales o insulares), el Clínico y el
Eclesiástico. Miguel Ángel y yo estimamos que era más prudente no entrar en
estos detalles, sobre todo porque nos habríamos enredado en una discusión
peligrosa, y en especial por el tercero de los ámbitos, el de la Iglesia. Ya
llegaremos forzosamente. Tampoco se mencionó un grave escalón que parece
insalvable: la consideración, hasta hoy, como datos privativos de un ámbito
particular, y que corresponden a las fichas clínicas en el ámbito privado. Es
sabido que multitud de partos tuvieron como escenario clínicas de titularidad
privada, sobre todo en Bilbao vinculadas a la trama manejada por Mercedes
Herran de Gras. Es sabido también que en su momento alerté, con nulo resultado, del
peligro de destrucción o desaparición irreversible de los archivos de las dos
clínicas privadas ubicadas en la calle bilbaína de Gordoniz, además del archivo
de la Clínica San Ramón, de Madrid, manejado por Eduardo Vela Vela.
Ni era el
momento ni el clima de debate permitía entrar en estos detalles, lo que además
habría entorpecido (cuando no directamente arruinado) el clima aparentemente
abierto de la exposición razonada que se estaba viviendo. Ninguno de mis
predecesores en la palabra se atrevió (o siquiera pensó) en estos detalles, y
en intercambio apresurado y discreto, antes de pedir la palabra, entre Miguel
Ángel y yo acordamos en dejar esas puntualizaciones importantes para otra
ocasión.
Una
propuesta que nos precedió en el uso de la palabra contenía un elemento de
extrema gravedad, luego desmontado por Miguel Ángel en su intervención letrada.
Se insinuó que sería conveniente una modificación legal de nuestro marco
jurídico penal. Es una trampa que nos anularía en ese terreno, a la luz de la
irretroactividad de la Ley con lo que todo delito anterior quedaría impune. Sí
se insinuó el riesgo de la prescripción, como algo que está constantemente
pesando como un serio impedimento. La intervención de Miguel Ángel (ya habíamos
acordado que me precediera en el uso de la palabra) fue de una rotundidad
tremenda que dio un giro inesperado a la discusión posterior. Estamos hablando
de ciudadanos afectados por “un sufrimiento permanente, propio de
delitos de lesa humanidad”. Este planteamiento lo llevó hasta el final aduciendo
numerosos antecedentes legales, ya enunciados en su libro Los casos de los
niños perdidos del franquismo (editorial Tirant lo Blanc, agotado), a lo
que añadió un dato que sobrecogió al auditorio y que repitió en la SER: “por lo
hasta ahora recogido de testimonios vivos, sólo en Canarias existen un mínimo
de 800 casos, tantos como en toda Argentina cuando se puso en marcha la
investigación que llevó a prisión a la cúpula militar de la dictadura”. Sin
respuesta posible. Como ya presentía que se iba a esgrimir por parte
ministerial la crisis económica, en mi intervención aduje que el Estado ya
cuenta, siempre en el marco enunciado como forzoso por Rodríguez Arias de la
obligación estatal de remitirnos al Derecho Penal Internacional (con el
corolario de la imprescriptibilidad de los delitos de desaparición forzada de personas, según la definición de Naciones Unidas con
referencia a los Derechos Humanos), de instrumentos ya establecidos para
aplicar ese marco jurídico de obligado cumplimiento.
Recogido
el guante por el ministro de Justicia (posiblemente ya preparada la respuestas,
pues habría sido difícil de improvisar) anunció las dos ofertas de mayor
calado, al menos instrumentales para los afectados: la puesta a disposición de
las más de cien oficinas de Atención a las Víctimas, para asesorar y canalizar
las demandas de ayuda; y la habilitación para realización de pruebas de ADN (en
la práctica como creación del ya demandado “Banco Genético de Referencia”) en
el Instituto Nacional de Toxicología. A esto hay que añadir un instrumento
igualmente demandado, en este caso como respaldo para la investigación y
documentación de los casos, una Brigada Judicial específica (demanda por esta
representación del Colectivo Sin Identidad), y el nombramiento de una fiscal
para la coordinación de las actuaciones de las acciones judiciales y del
ministerio público.
En este
marco se comprenderá lo ridículo que resultan protagonismos personales, de los
que ya tenemos penosas experiencias hasta el presente. La tan proclamada unidad
de criterios está muy bien en líneas esenciales, pero he reiterado (y parece
que ya se admite) que el caso de Canarias es tan específico y sustantivo que
explica las estrategias de sustracción y desaparición de niños por parte de las
redes que se apoyaban en la situación impune de insularidad de Canarias para su
acción criminal.
Madrid, 13 de abril, 2012.
buff ,yo y mi hermana somos 2 casos ,coincide todo....se va a liar parda....
ResponderEliminar¿Es posible saber el nombre de las dos clínicas privadas de la calle Gordoniz? ¿o el número? En mi partida literal aparece un número de esa calle.
ResponderEliminargracias
Si que es posible, estaba en Godorniz 12 la Clínica San Francisco Javier, después estaba también en Godorniz 9 la Clínica Uzparitza que ahora es la Clínica Indauxu, puesto que cerró Uzparitza su clínica y la vendió, ambas trabajaron con Mercedes Herran de Gras, si quiere mas información escriba si es tan amable a mi correo gotasdelluvia3000@yahoo.es y le contestaré lo que necesite.
EliminarSaludos cordiales