http://www.deia.com/2010/07/19/bizkaia/rninguna-firmo-el-consentimientor
PRESUNTAS ADOPCIONES IRREGULARES EN BILBAO (Y II)
“Ninguna firmó el consentimiento”
Según recoge el sociólogo Francisco González de Tena en un informe presentado en un juzgado de Madrid, “todo apunta” a que en Bilbao operó “una red para sustraer neonatos y darlos en adopción”
A. RODRÍGUEZ - Lunes, 19 de Julio de 2010 - Actualizado a las 08:32h.
NINGUNA chica firmó ni un solo papel en el que consintiera voluntariamente dar a su hijo”. El sociólogo Francisco González de Tena, autor de un informe sobre neonatos robados presentado el año pasado en un juzgado de Madrid, se refiere así a las presuntas adopciones irregulares que, según denuncian varias madres, se pudieron haber cometido entre los años 1965 y 1980 en Bilbao. Casos que, al parecer, también se registraron en otros puntos del Estado. De hecho, hace unas semanas el fiscal jefe de Algeciras abrió diligencias para investigar si se dio por muertos a diez bebés nacidos en hospitales del Campo de Gibraltar, en Cádiz, para quitárselos a sus madres.
En su informe, redactado en septiembre del año pasado, González de Tena considera, tras estudiar los casos de varias afectadas en Madrid y Bilbao, que hay “evidencias racionales de que nos encontramos ante un delito continuado y repetido de sustracción ilegal de neonatos”. En el caso de la capital vizcaina, precisa, “todo apunta a que durante un periodo de tiempo no inferior a quince años (1965- 1980) e incluso con una continuidad ya menor hasta 1995 estuvo operativa en la ciudad de Bilbao una red organizada para sustraer neonatos a parturientas en situación de debilidad social (fundamentalmente por su edad o estatus) y darlos en adopción irregular, cuando no claramente ilegal, al faltar el consentimiento expreso y libre de otorgamiento de adopción por parte de las madres biológicas, dándose casos de ejercer violencia sobre las parturientas para mantenerlas bajo control”.
Fernando Magán, abogado de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, detalla que el informe elaborado por el sociólogo fue presentado el pasado año en el Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid “junto a otros correspondientes a otros lugares de España. El juez lo remitió a la Fiscalía para que informara a los exclusivos efectos de competencia, lo que sigue pendiente”.
“No podían acreditar su embarazo, por lo que el niño era objeto de transacción”
‘OBRAS DE CARIDAD’ Según explica González de Tena a este periódico, en el curso de su investigación se encontró con “varias personas que tenían unas historias terribles relacionadas con una mujer, ya fallecida, en Bilbao. Esta mujer montó una red de pisos en donde en teoría daba acogida a jovencitas y no tan jovencitas para dar a luz. Éstas casi siempre provenían de una situación familiar conflictiva. Después resultó que aquello era un negocio y, en cuanto daban a luz, lo que hacía ella era presuntamente vender los niños.
Los daba en adopción, pero en adopción irregular”, apostilla. Estas acciones, tal y como recoge el informe, se presentaban “bajo la cobertura aparente de obras de caridad ejercidas por personas consagradas de la Iglesia Católica o muy próximas a sus estructuras formales”, lo que avalaba su “impunidad”. “Frente a la sociedad –añade el texto– este entramado se presentaba, según los testimonios de las afectadas, como de recoger a jóvenes descarriadas, etiqueta muy propia de la época, aunque la práctica totalidad de estas jóvenes estuviesen muy lejos de la marginalidad”.
“Se han dado casos de ejercer violencia sobre las parturientas para tenerlas bajo control”
De hecho, según sostiene una de las madres afectadas, hija de militar, la mujer que regentaba esa supuesta red de pisos “se dedicaba tanto a las buenas familias, como a las niñas normales y corrientes que, por la sociedad en la que se vivía en los años 70, cuando tenían la desgracia de quedarse embarazadas del novio y éste desaparecía, eran echadas a la calle e inevitablemente terminaban dando con monjas o curas que las llevaban a donde esta señora.
Muchas sabían a lo que iban y otras muchas se enteraban cuando ya estaban en los pisos”, señala esta mujer, que coincidió en una de estas viviendas con chicas “de entre 15 y 28 años”.
DESTRUCCIÓN DE DOCUMENTOS La falta de documentos con que probar su testimonio es una de las principales dificultades con las que se encuentran las afectadas. Algunas de ellas visitaron en su día las clínicas bilbainas en las que dieron a luz –una de ellas, ya desaparecida– para reclamar sus fichas clínicas, pero, según se asegura en el informe del sociólogo, “todas sus gestiones han resultado inútiles hasta hoy, pudiendo haber provocado la ocultación e incluso la destrucción de documentos esenciales”.
“Hay un problema con estas mujeres –el problema con el que topamos siempre los investigadores– y es el riesgo que hay de pérdida y destrucción de los documentos, porque estas mujeres no tenían ni un solo papel que acreditase que ellas se habían quedado embarazadas. Por consiguiente, desde el punto de vista formal, el niño era objeto de transacción. Así como suena de duro y de fuerte. Entonces, los niños eran inscritos a nombre de las personas que los adoptaban, con nombre y apellidos”, explica sin titubear González de Tena.
A falta de certificados que presentar ante los tribunales, lo que se puede hacer, apunta el sociólogo, es “dar fe en sede judicial en sustitución de los documentos”. “Habrá que recurrir a los testigos porque hay personas presuntamente involucradas que están vivas y pueden declarar. Se puede ver a quiénes pertenecían los pisos en aquella época, mirar en los registros... Hay muchas formas de probar las cosas, no solamente con una partida de nacimiento que perfectamente puede estar trucada”, advierte este experto.
No en vano él mismo descubrió que varias partidas de nacimiento de mujeres que habían dado a luz en una clínica de Madrid “habían sido manipuladas porque se presentaban como causas de fallecimiento de sus bebés patologías completamente inventadas. En estos casos sistemáticamente los niños morían de otitis y no hay ni un solo caso comunicado a la Organización Mundial de la Salud de una epidemia de otitis. Eso es completamente absurdo”.
Como contrapartida a la dificultad de documentar sus relatos, las supuestas víctimas de este entramado tienen algo a su favor. “Los indicios son muy reiterativos y la ventaja que encuentra el letrado es la enormidad de casos. No es un hecho aislado. Son casos muy repetitivos. Estamos hablando de una sistematicidad que es algo más que una casualidad. Aquí no hay casualidades, hay causalidades”, indica González de Tena. A la vista de los “hechos detectados y la sospecha racional de que existen otros muchos similares aún no localizados”, el sociólogo propone que, una vez “se insten la apertura de archivos y documentación ahora oculta o sustraída, así como la implicación de los posibles afectados, se pongan estos hechos en conocimiento de la autoridad judicial competente”. A juicio de este experto, “sólo una investigación con amparo legal” puede completar las conclusiones del informe “en todos los extremos, aún sólo indiciarios”.
PRESUNTAS ADOPCIONES IRREGULARES EN BILBAO (Y II)
“Ninguna firmó el consentimiento”
Según recoge el sociólogo Francisco González de Tena en un informe presentado en un juzgado de Madrid, “todo apunta” a que en Bilbao operó “una red para sustraer neonatos y darlos en adopción”
A. RODRÍGUEZ - Lunes, 19 de Julio de 2010 - Actualizado a las 08:32h.
NINGUNA chica firmó ni un solo papel en el que consintiera voluntariamente dar a su hijo”. El sociólogo Francisco González de Tena, autor de un informe sobre neonatos robados presentado el año pasado en un juzgado de Madrid, se refiere así a las presuntas adopciones irregulares que, según denuncian varias madres, se pudieron haber cometido entre los años 1965 y 1980 en Bilbao. Casos que, al parecer, también se registraron en otros puntos del Estado. De hecho, hace unas semanas el fiscal jefe de Algeciras abrió diligencias para investigar si se dio por muertos a diez bebés nacidos en hospitales del Campo de Gibraltar, en Cádiz, para quitárselos a sus madres.
En su informe, redactado en septiembre del año pasado, González de Tena considera, tras estudiar los casos de varias afectadas en Madrid y Bilbao, que hay “evidencias racionales de que nos encontramos ante un delito continuado y repetido de sustracción ilegal de neonatos”. En el caso de la capital vizcaina, precisa, “todo apunta a que durante un periodo de tiempo no inferior a quince años (1965- 1980) e incluso con una continuidad ya menor hasta 1995 estuvo operativa en la ciudad de Bilbao una red organizada para sustraer neonatos a parturientas en situación de debilidad social (fundamentalmente por su edad o estatus) y darlos en adopción irregular, cuando no claramente ilegal, al faltar el consentimiento expreso y libre de otorgamiento de adopción por parte de las madres biológicas, dándose casos de ejercer violencia sobre las parturientas para mantenerlas bajo control”.
Fernando Magán, abogado de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, detalla que el informe elaborado por el sociólogo fue presentado el pasado año en el Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid “junto a otros correspondientes a otros lugares de España. El juez lo remitió a la Fiscalía para que informara a los exclusivos efectos de competencia, lo que sigue pendiente”.
“No podían acreditar su embarazo, por lo que el niño era objeto de transacción”
‘OBRAS DE CARIDAD’ Según explica González de Tena a este periódico, en el curso de su investigación se encontró con “varias personas que tenían unas historias terribles relacionadas con una mujer, ya fallecida, en Bilbao. Esta mujer montó una red de pisos en donde en teoría daba acogida a jovencitas y no tan jovencitas para dar a luz. Éstas casi siempre provenían de una situación familiar conflictiva. Después resultó que aquello era un negocio y, en cuanto daban a luz, lo que hacía ella era presuntamente vender los niños.
Los daba en adopción, pero en adopción irregular”, apostilla. Estas acciones, tal y como recoge el informe, se presentaban “bajo la cobertura aparente de obras de caridad ejercidas por personas consagradas de la Iglesia Católica o muy próximas a sus estructuras formales”, lo que avalaba su “impunidad”. “Frente a la sociedad –añade el texto– este entramado se presentaba, según los testimonios de las afectadas, como de recoger a jóvenes descarriadas, etiqueta muy propia de la época, aunque la práctica totalidad de estas jóvenes estuviesen muy lejos de la marginalidad”.
“Se han dado casos de ejercer violencia sobre las parturientas para tenerlas bajo control”
De hecho, según sostiene una de las madres afectadas, hija de militar, la mujer que regentaba esa supuesta red de pisos “se dedicaba tanto a las buenas familias, como a las niñas normales y corrientes que, por la sociedad en la que se vivía en los años 70, cuando tenían la desgracia de quedarse embarazadas del novio y éste desaparecía, eran echadas a la calle e inevitablemente terminaban dando con monjas o curas que las llevaban a donde esta señora.
Muchas sabían a lo que iban y otras muchas se enteraban cuando ya estaban en los pisos”, señala esta mujer, que coincidió en una de estas viviendas con chicas “de entre 15 y 28 años”.
DESTRUCCIÓN DE DOCUMENTOS La falta de documentos con que probar su testimonio es una de las principales dificultades con las que se encuentran las afectadas. Algunas de ellas visitaron en su día las clínicas bilbainas en las que dieron a luz –una de ellas, ya desaparecida– para reclamar sus fichas clínicas, pero, según se asegura en el informe del sociólogo, “todas sus gestiones han resultado inútiles hasta hoy, pudiendo haber provocado la ocultación e incluso la destrucción de documentos esenciales”.
“Hay un problema con estas mujeres –el problema con el que topamos siempre los investigadores– y es el riesgo que hay de pérdida y destrucción de los documentos, porque estas mujeres no tenían ni un solo papel que acreditase que ellas se habían quedado embarazadas. Por consiguiente, desde el punto de vista formal, el niño era objeto de transacción. Así como suena de duro y de fuerte. Entonces, los niños eran inscritos a nombre de las personas que los adoptaban, con nombre y apellidos”, explica sin titubear González de Tena.
A falta de certificados que presentar ante los tribunales, lo que se puede hacer, apunta el sociólogo, es “dar fe en sede judicial en sustitución de los documentos”. “Habrá que recurrir a los testigos porque hay personas presuntamente involucradas que están vivas y pueden declarar. Se puede ver a quiénes pertenecían los pisos en aquella época, mirar en los registros... Hay muchas formas de probar las cosas, no solamente con una partida de nacimiento que perfectamente puede estar trucada”, advierte este experto.
No en vano él mismo descubrió que varias partidas de nacimiento de mujeres que habían dado a luz en una clínica de Madrid “habían sido manipuladas porque se presentaban como causas de fallecimiento de sus bebés patologías completamente inventadas. En estos casos sistemáticamente los niños morían de otitis y no hay ni un solo caso comunicado a la Organización Mundial de la Salud de una epidemia de otitis. Eso es completamente absurdo”.
Como contrapartida a la dificultad de documentar sus relatos, las supuestas víctimas de este entramado tienen algo a su favor. “Los indicios son muy reiterativos y la ventaja que encuentra el letrado es la enormidad de casos. No es un hecho aislado. Son casos muy repetitivos. Estamos hablando de una sistematicidad que es algo más que una casualidad. Aquí no hay casualidades, hay causalidades”, indica González de Tena. A la vista de los “hechos detectados y la sospecha racional de que existen otros muchos similares aún no localizados”, el sociólogo propone que, una vez “se insten la apertura de archivos y documentación ahora oculta o sustraída, así como la implicación de los posibles afectados, se pongan estos hechos en conocimiento de la autoridad judicial competente”. A juicio de este experto, “sólo una investigación con amparo legal” puede completar las conclusiones del informe “en todos los extremos, aún sólo indiciarios”.
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